domingo, 7 de septiembre de 2008

Cuando te tuve

Estaba perdiendo la noción del tiempo hasta que llegaste con tu aroma y me despertaste del exilio en el que me encontraba, me levante aun conmocionado y dispuesto a disfrutar de tu dulce compañía esta tarde. Hablamos de todo un poco y de cosas sin mucha importancia y aunque algunas cosas el alma no las decía, las miradas lo dijeron todo. No sé si arriesgarme a besarte y abrazarte otra vez, pero una vez más mi cuerpo se adelanto y mis labios están con los tuyos jugando a amarse.

Ya acostados, bajo aquella manta que nos cubre en pecado mis manos recorren tu cuerpo, juega con tus labios, pasan a tú cuello y se pierden hacia tu ombligo, con tu cuerpo, hoy jugamos a amarnos. El tiempo se quedó en un lapso en donde nuestras almas dejaron sus cuerpos materiales, burlándose de la física y volviéndose una sola, volando por el infinito mundo astral y así perduramos largo rato, ya nuestros cuerpos estaban comprometidos a seguir juntos. Quiero enseñarte un nuevo mundo, en el que el prejuicio social y los sentimientos mundanos se alejen de tu puro corazón y así limpiarlo, quiero enseñarte la verdadera esencia de las estrellas, el verdadero nacer del hombre y hacerte descubrir las mentiras y verdades que se cuentan en este mundo. Tus ojos permanecen cerrados ante tanta confusión, y es por eso que me dedico a amarte tanto. No sé si te fijas pero ahora nuestros besos duran más tiempo y eso no se qué significa.

Quieres conocerme y el interrogatorio empieza, pero no esperes sabias respuestas pues recuerda que mi alma está viajando junto a la tuya. Ese día nos conocimos tanto que me di cuenta que tal vez ya nunca volveríamos a estar juntos y lamentablemente así es.

Errores me ha tocado pagar y ya no estás más, ahora que quiero volver a volar contigo me dices que no, te arrepientes de esa maldita decisión, pero sin embargo me dices que no. Te digo que te amo pero no crees mis frías palabras, pero déjame tocar tu mano y abrazarte y verás que si te amo.