
Tus pezones oscuros, bellos.
Antes míos, en mis labios, en mis besos.
Tu desnuda piel vibrando con el acorde de nuestro sonido.
Imposible de olvidar y solo queda lo perdido.
Antes, todo fue antes, antes de verte, antes de amarte.
Nunca, en verdad que nunca fuiste mía, y quizás yo tampoco.
Ahora, solo me quedan las madrugadas en las que despierto sin tu recuerdo.
En todo esto, se esconde un nombre, tu nombre...