lunes, 27 de julio de 2009

Un Cuento Que No Viene A Nada I

La ciudad de San Francisco se encontraba en un ligero reposo después de la llovizna que incurrió toda la tarde. Era bien conocido el clima de la ciudad, empezando con una mañana soleada y con tardes tan frías que no hacían esperar a los primeros sorbos de café y un cigarro para pasar el frío. Esa fue la dosis de Jorge en la tarde, mientras veía desde su apartamento las gotas deslizándose por el vidrio del edificio.

Un relámpago a lo lejos le trajo a la memoria el recuerdo de toda una vida, un amor que lo atormentaba desde siempre. Ella recién había aparecido en su vida consiguiendo abrir las heridas ocultas que al corazón tanto le costó cerrar. Lo cerró con amores de una noche, con amores largos y escasos que durante una vida consiguieron su propósito: una noche de olvido.

Eso era lo que el necesitaba aquella noche. Estaba esperando a Carla cuando prendió su cigarrillo. Aprendió desde pequeño, robando los cigarrillos que se quedaban olvidados en las fiestas de la familia. Subía a la terraza con caramelos para ocultar el olor después de fumar y de esa manera colmo algunas contradicciones de la vida.

Carla se hizo presente en la puerta con su hábito de timbrar dos veces largas y una corta, para que él sepa que es ella y no se sorprenda al abrirle la puerta. Cuando abrió la puerta ahí se encontraba Carla, esplendida aun cuando llevaba el cabello alborotado por la lluvia y el viento, a primera vista daba la sensación de ver a una desquiciada social con las marcas borrosas del maquillaje en su rostro, pero la vista era engañosa pues él la conocía de hace mucho tiempo y conocía su lado cariñoso, tierno y la había amado cuantas noches le eran posibles para olvidar su amor, pero el sabia que estar con ella se había convertido en una costumbre.

Cenaron como era costumbre, platicaron de todo un poco y a medida que el vino se iba consumiendo él iba olvidando cual era el objetivo de la visita de Carla aquella noche. Su mente estaba volando en el pasado, reviviendo los pocos recuerdos intactos que mantenía de Paula; su primer amor.

Continuara