jueves, 9 de octubre de 2008

Playa







Cierro mis ojos esta noche y repentinamente al abrirlos apareces vos glorificando el más sensible deseo de verte, pero mira, estamos en la playa.

El mar esta brillante aún en la oscuridad, irradiando una luz propia de lo astral. Más ajenos a nuestra piel sopla un aire, color violeta que atomiza el paisaje.

Qué raro, estas recostada dejándote llevar por la melodía del mar, con tus dedos jugueteas con las pequeñas dunas de la arena y la luna hoy nos mira.

No sé porque estás aquí, tampoco se cual de nuestras almas en verdad deseo que esto pasara, pero encontrarte inconscientemente aquí ha sido lo más maravilloso después de cerrar mis ojos, involuntarios recuerdos.

Mi mano está recorriendo tu cara, rodeando tus rojas mejillas, divagando por tus labios, bajando por tu cuello, estas hermosa y el sol ah esta hora nos acompaña.

Nuestros cuerpos están recostados mirando fijamente el cielo estrellado de pequeños soles que se pierden en el horizonte de lo desconocido, pero que aún así siento que ya los conozco ¿será porque estás a mi lado?

Armónicamente levanto mi cuerpo y mi cara se impregna en la tuya, se que lo quieres, vacilas un segundo, me ríes coquetamente, pero aun así no te atreves. Pero ahí estamos, con nuestros labios abrazándose, estrangulándose, besándose.

Me ha pasado millón de veces que sueño y beso, fácilmente me doy cuenta que no son reales, pero esta vez es un beso cálido ¿será que lo deseas?

No puede ser, quiero abrir los ojos y no puedo, no puedo dejar de besarte, siento paz, pero esta se ve amenazada, alguien estira de mí, dejándote sola, no quiero irme, pero el amanecer llegó.

Tranquila, ya nos veremos luego con nuestros cuerpos físicos y en algún futuro iremos a la playa.