viernes, 24 de febrero de 2012

Aquí ya nada es lo mismo

Vuelve. Aquí ya nada es lo mismo. Escucho las mismas conversaciones en los mismos bares, las mismas bromas. Leo los mismos libros que alguna vez leíste tú, pero los leo más por costumbre o por volver a encontrarte en sus líneas. Aún tomo el mismo autobús que solíamos a coger, con la esperanza de que tu también subas en el, pero eso no pasa. Vuele, que ya nada es lo mismo sin ti. El sol es el mismo, las nubes parecen no moverse y la lluvia solo sirve para mojarme los zapatos mientras camino por las calles que antes eran nuestras. Ya no juego fútbol, ahora practico artes marciales mixtas con la esperanza de caerle a golpes a aquel que te abrace, no soy violento, pero créeme, él se llevara la mejor parte. Ya no escribo como antes, antes todo era distinto y distinta era mi prosa, mi inspiración, y tú.

Te cansará escuchar los mismos versos, a mi también pasa, pero, es normal supongo, caer en la rutina de la vida. Tú eras mi vida, sabrosa mujer. Es extraño escribir a un fantasma, pero, aquí ya nada es lo mismo, y tú dejaste de serlo.