martes, 8 de septiembre de 2009

Dolor





El dolor existe. Está impregnado en mi rostro, en mis venas, en mi alma. Siento un dolor tan grande como rencor, una mezcla aguda de odio. En un olvido se mezcla la furia, un sentimiento tan intimo, tan oculto para que mi que hace que mis versos se mezcles con matices negros, algunos pálidos y otros sin nombres. Las formas pierden su sentido geográfico, su luz natural.

Me siento vacio, un hombre solitario y poderoso, oscuro.

Este sentimiento tan macabro se elimina con tu rostro de antaño, con tu silueta suelta en el viento y tus oscuros cabellos. Tu mirada es mi edén, es mi única salida de dolor, es el paso transcendental del cambio de mi percepción. Logras una metamorfosis en mí y solo con tu mirada. Mi amor, cuanto amo tu mirada, y cuanto la extraño.