Ella: ¿En qué piensas?
Él: en nada
Ella: no te creo
Él: nunca me has creído y eso que siempre he sido sincero
Ella: siempre tuviste una labia maldita, no era sinceridad
Él: es lo malo cuando me conoces, me conociste mucho, quizá demasiado
Ella: quiero conocer al hombre que amo
Él: ya me conociste cuando escribimos nuestro poema juntos
Ella: Solo conocí tus trazos en el cuaderno, tus místicos besos mezclados con tus versos, me falta conocer la mirada que tienes con ella, esa mirada de amor
Él: confundes el amor con el odio
Ella: entonces confundo muchas cosas de ti
Él: cuidado mi amor, no confundas el amor que siento por ti, nunca lo pongas en duda
Ella: entonces ven y bésame otra vez