martes, 16 de marzo de 2010

La Habitación.


La habitación era grande, con una ventana inmensa que dejaba entrar la luz a cualquier hora, el ambiente era fresco. En una esquina se posaba la cama, al frente el televisor que nunca encendieron y a su lado el equipo de sonido que les regalo las más tristes baladas de amor mientras ellos construían el amor a su manera, con un abrazo infinito. Tenía un gran armario que nunca se abrió ante su presencia y aunque la habitación siempre entonaba un triste aire de desarreglo y descuido era el lugar preferido para pasar el calor y olvidarse de la soledad y la melancolía de aquellas dos almas perdidas.