
Ella: Ha pasado mucho tiempo, ¿Por qué no regresas?
Él: Ya no tengo a donde regresar.
Ella: Puedes regresar a mis abrazos.
Él: No, no quiero.
Ella: ¿Por qué?
Él: Porque cuando más necesité de tus abrazos me soltaste y abrazaste a otro.
Ella: Ahora quiero abrazarte a ti.
Él: Ahora he cambiado.