
Me sonrío,
cerró los ojos,
se dejó llevar.
Me besó.
También me contó un cuento.
Mi mano en su luna,
ella en su cuento,
yo en su cuerpo.
Y en su cuerpo,
se quedó su cuento,
tatuado en cada luna,
en cada una,
en cada puta.
Tus pezones oscuros, bellos.
Antes míos, en mis labios, en mis besos.
Tu desnuda piel vibrando con el acorde de nuestro sonido.
Imposible de olvidar y solo queda lo perdido.
Antes, todo fue antes, antes de verte, antes de amarte.
Nunca, en verdad que nunca fuiste mía, y quizás yo tampoco.
Ahora, solo me quedan las madrugadas en las que despierto sin tu recuerdo.
En todo esto, se esconde un nombre, tu nombre...