Pacha Mama

Tus tierras inspiran mis mejores versos. Iluminan mi alma perdida. Querida tierra mía, tu eres y serás la verdadera Pacha Mama.

Me pierdo en tus tierras sin fin, en el místico pasado que no viví. Eres un misterio, te llevas la verdad para tus adentros, pocos sabios la conocen, yo no soy unos de ellos.

Tus nevados son unos enormes titanes estáticos, endureciendo sus cobijas con cada viento helado. Fue ahí mi tierra donde decidí escribir. Abriste ese portal a la conexión mental de las letras, a los versos del silencio.

Muchas letras se escribieron con tu nombre, muchas letras de sangre, sudor y dolor. Pero sigues ahí, en tu diminuta y absoluta anonimidad. Eres pequeña, pero grande. Muchos quisieran ser como mi Pacha Mama y muy pocos lo son. Que tendrá tu tierra de poderosa que siempre crece algo, en tus tierras guardas vida.

También son pocos los que saben que en tus tierras se puede viajar en un día. Se puede ir del húmedo y profundo bosque de las amazonas a las altas tierras de los volcanes olvidados y con un poco de tiempo, irse a las cálidas playas. Cuanto amo tus playas, tienes ese don de hacerme olvidar. Me hacen explotar el alma cuando en el crepúsculo tu cielo deja ver los últimos rayos de vida del sol, tornando las nubes de un color rojo intenso, tan intenso como mi sangre, como la sangre de los ecuatorianos.

Me falta el tiempo y el espacio para seguir hablando de ti, de los secretos que nos guardamos juntos, de esos amores que se perdieron en tus arboles de antaño.

Hasta mañana tierra querida, tierra de amor. Gracias por cobijarme en tus múltiples regazos… en tus inmensos veranos.