miércoles, 10 de noviembre de 2010

Soledad

Se sintió solo, más solo que nunca, abandonada en el vacio de sus pensamientos. Recordó aquella soledad efímera y la asocio con aquellos amores abandonados, ya lejos de él y se acordó de cada una de las mujeres que le habían hecho feliz en las tardes de calor. No encontró amor en ninguna, solo los rasgos del pasado. Las volvió a borrar de su memoria, pero apareció una imagen confusa. La imagen era nítida. La joven tenía el cabello corto, un poco más arriba de los hombros. Sus ojos aun brillaban y su sonrisa parecía indestructible. La reconoció al instante y le dolió saber que aun la quería. Reconstruyó en su memoria las tardes con ella, las incontables conversaciones y los nuevos secretos que salían a la luz. La empezó a querer muy rápido y cuando se dio cuenta que ese amor se estaba yendo. Ella en cambio lo fue queriendo con paciencia, aguantando sus largos silencios, sus gestos de aburrimiento, se acostumbro a sus escusas frías y a las largas esperas en busca de él. Tuvieron un amor fugaz y cada uno lo disfrutó a su manera. Sí su relación terminó fue por él. Un viejo amor había regresado y era tal el amor que sentía por aquella silueta de antaño que cerró las puertas de su corazón, dio la espalda y se despidió de la joven que ahora volvía a sus recuerdos. La necesitaba como nunca y no era por despecho, si no por falta de amor. La llamó y cuando reconoció su voz a la distancia ella dijo – si me llamas es porque te sientes solo – lo dijo de una manera tan cruda que sintió que ella podía ver la lágrima que salía por su ojo izquierdo. Si te llamo es porque aún te pienso –dijo – solo quiero hablar con una vieja amiga. Ella, alzando la voz y creyendo intimidarlo dijo – si algo se de ti es que solo regresas porque estas solo. Se quedaron en silencio y él solo atino a decir – no importa el motivo, lo importante es que te llamo. Destruyó la barrera de ella y volvieron a conversar como viejos amigos. Él por su parte quería hablar del pasado, para averiguar si aun le quería y ella hacia todo lo imposible por traer temas nuevos de conversación. No pudo sacar ninguna información y saco la conclusión de que quedarían de simples amigos. Después de colgar iba a borrarla de su memoria como era habitual pero algo le impulsó a guardarla en su corazón, en un lugar especial. Ella en cambio, después de escuchar el “hasta pronto” le entró un sistema colérico y se odio a si misma por seguir queriéndolo, ella también lo guardó en su corazón.

Sentía la leve calentura de la añoranza, se encontraba en un estado de gracia y era como haber reemplazado algo en su vida, haber curado una cicatriz y cuando llegó a tal reflexión llegó la silueta de antaño, le sonrío a lo lejos, le miró con aquellos grandes ojos, invitándole a volver a sus brazos. Lo hizo, la sintió más cálida y humana. Hicieron la paz y con aquel abrazo se dijeron todo, todo aquello que habían callado y que no se atrevían a decir, se transmitieron tanto amor como tanto odio pudo haber alguna vez, echaron lazos de confianza. Cuando la silueta de antaño quería soltarlo para besarlo, él la volvió a retener en sus brazos para que ella no vea el llanto que se le salía solo de los ojos. Se volvió a sentir solo, más solo que nunca.

No hay comentarios: